¿Estoy listo?
EP. 004
Un tema que puede inspirar, dar paz o incluso provocar un poco de miedo: la importancia de trabajar nuestra tierra. Este concepto se basa en el libro de Génesis, específicamente Génesis capítulo 2, versículo 4 en adelante.
La Creación y Nuestro Papel
La Biblia nos dice que Dios no permitió que crecieran plantas en la tierra porque no había nadie para cultivarlas. Este hecho nos proporciona una metáfora poderosa para nuestras vidas. Dios no hará que nuestras vidas florezcan si no estamos dispuestos a cultivar esa vida que Él quiere darnos. Las cosas no funcionarán como queremos si no estamos dispuestos a trabajar por ello.
Trabajo y Recompensa
En el versículo 8 del mismo capítulo, leemos que Dios plantó un jardín y colocó al hombre que había formado en él. Este jardín comenzó a crecer solo después de que había alguien dispuesto a trabajar en esa tierra. Esto nos enseña que si no estamos dispuestos a trabajar por nuestras familias, nuestras finanzas, nuestros estudios, no podemos esperar que Dios lo haga por nosotros. Dios está dispuesto a bendecirnos con su lluvia, pero si no hay nadie dispuesto a trabajar la tierra, ¿de qué sirve?
Nuestros Frutos
Es esencial reconocer que los frutos que cosechamos dependen de nuestro trabajo y del lugar en el que nos encontramos. No podemos esperar los mismos resultados que alguien en un país desarrollado si vivimos en un país en desarrollo, o si somos la primera generación de nuestra familia que trabaja. Nuestros frutos deben compararse con lo que teníamos antes, no con lo que tienen los demás.
Al final del día, todos estamos destinados a trabajar la tierra que el Señor nos ha dado. No obtendremos nada si no estamos dispuestos a trabajar por ello. Podemos pedirle a Dios que nos bendiga con su lluvia, pero si no estamos dispuestos a trabajar la tierra, ¿de qué sirve? Recuerda, la lluvia puede venir, pero si no estás dispuesto a trabajar la tierra, solo habrá un pozo de agua. Así que, si estás dispuesto a trabajar tu tierra, ciertamente podrás multiplicarte.
